Más de 25 poetas
rinden homenaje a San Vicente Ferrer en Valencia
3 de diciembre de 2018
En el marco del
600 aniversario de la muerte de San Vicente Ferrer, la comunidad del Real
Convento de Predicadores ha celebrado un acto poético y musical en torno a
la figura del santo predicador valenciano.
La celebración ha
estado organizada por la Basílica de San Vicente Ferrer y la asociación Concilyarte,
que cuenta con diferentes poetas, narradores, pintores, actores, fotógrafos,
diseñadores y músicos que pretenden "ensamblar las diferentes artes,
culturas y lenguas en un camino hacia la unidad dentro de la diversidad".
Autores de
diferentes estéticas, poetas de diversas creencias, leyeron versos inspirados
en las diversas facetas de Vicente Ferrer, desde su dimensión itinerante por
los caminos de Europa, a la faceta más popular, reinterpretando el tan
valenciano asunto de los miracles.
En representación
de Concilyarte y de la Basílica de San Vicente, dieron la bienvenida el
novelista César Gavela (Presidente de Conciliarte) y el poeta Antonio Praena,
agradeciendo que distintas sensibilidades, desde poetas sociales,
experimentales, clásicos, a autores místicos o metafísicos, se unieran para
vivir un momento de encuentro a través de la palabra.
Con el título “La
gloria y la palabra”, este acto, en palabras de Praena, tiende puentes y
trata de llevar más allá de los tópicos y los estereotipos la fuerza
vinculante de la lengua y la espiritualidad.
Tras la
presentación y la intervención del Coro Harmonía Polifónica de Valencia,
que estrenó un canto en lengua Zulú, abrió la lectura el periodista y Premio
Planeta de Novela Fernando Delgado, quien, ahora desde su tarea como
parlamentario de las Cortes Valencianas, trata de estar cerca de los escritores
y artistas de la Comunitat Valenciana. Delgado recordó su vínculo afectivo con
los dominicos, pues, en su infancia, solía acudir con su abuela a la Basílica
de Candelaria.
Un personaje de la fuerza de Vicente Ferrer puede inspirar versos
plenamente contemporáneos
Tras él, el poeta
Blas Muñoz recitó un no muy conocido poema vicentino de Vicente Andrés
Estellés, considerado uno de los renovadores de la literatura en lengua
valenciana. A continuación, se sucedieron en la lectura Carmela Rey, Elga
Reátegui y Gloria de Frutos con composiciones donde la mirada femenina estaba
presente y donde el vuelo lírico partía de elementos humildes cuya
significación entraba en contacto con los caminos de San Vicente. Tras ellas,
los miembros de la Revista Literaria “Crátera”, Gregorio Muelas, José Antonio
Olmedo y Jorge Ortiz Robla sorprendieron con obras que redimensionan temas
vicentinos con giros plenamente originales hacia la vertiente social (Ortiz
Robla y Muelas) y caritativa (Olmedo). La peculiaridad de cada uno
de ellos puso de manifiesto cómo un personaje de la fuerza de Vicente Ferrer
puede inspirar versos plenamente contemporáneos.
José
Iniesta abrió su profunda poesía contemplativa desde una visión
abierta a otras espiritualidades; Juan Luis Bedins, María Barceló, María
José Pastor, Mila Villanueva, Pascual Casañ y Pedro José Moreno dieron
cauce a una dimensión humanista, con guiños existenciales empapados, sin
embargo y ahí su originalidad, de una tonalidad netamente luminosa,
comprometida.
No quisieron
permaneces ajenos poetas como Rafael Correcher (leyó sus poemas la actriz Resu
Belmonte). Elena Torres recitó el poema remitido por Ricard Bellveser;
Gloria Sevilla los versos de Sergio Arlandis, y Vicente Botella el poema
enviado por el siempre social y siempre cristiano-humanista Víctor Gómez
Valentinos.
María Teresa
Espasa dejó que su reconocida experiencia poética se uniera a su dimensión
teológica con claridad y profundidad.
Desde el Ateneo
de Valencia, Vicente Barberá (con un intimismo ecuménico) y Virgilio
Fuero (que situó a Vicente Ferrer frente al drama de la inmigración)
trajeron a la Basílica la voz de esta entidad que representa la cultura civil
valenciana desde el s. XIX.
Especialmente se
agradeció el esfuerzo de Rosa María Vilarroig, que viajó desde Castellón
para regalarnos su metafísica de línea clara.
Finalmente, la
poeta ecuatoriana afincada en Zúrich, Eliana Cevallos, cerró el acto con
tres poemas de su libro finalista del Premio Internacional Fernando Rielo de
Poesía Mística. Desde Suiza, llegó a la basílica dominicana para poner un
broche de confianza, emoción y altura espiritual y poética.