Cerro de Rocas y Roble de Van Gogh 1888
LAS PIEDRAS
Habría de pasar mucho tiempo
hasta que el silencio de la
piedra
resbalara y corriera despavorido.
Yo, por aquel entonces,
era agua clara
ajena totalmente a mi conciencia.
Me gustaba soñar y escribir
poemas.
Y seguía aquí.
Aquí.
Todavía aquí.
Bajo los pies de la humanidad
entera
donde pocos me conocen
y donde a nadie parece
importarles
que en alguna ocasión hablen las
piedras.
En las piedras se pueden leer y saber perfectamente la hermosura de tus poemas. Nunca son indiferentes, dulce placer para los ojos.
ResponderEliminarUn abrazo Carmela.
En tus poemas se puede ver la hermosura de las piedras y, de todo lo demás. Sentir.
ResponderEliminarBesos Carmela
Me atrapa este monólogo poético de la piedra. Cuanta historia hay en ellas. Un abrazo. Carlos
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