Chernóbil. Nadie pudo jamás montar la "vuelta al mundo".
CATASTROFE NUCLEAR
En abandono libros,
zapatos,
muñecas desmembradas.
No hay disparos, tampoco gritos,
ni siquiera palabras.
Reactor maldito. Núcleo ardiente.
Partículas viscosas
encerradas en cárceles
de hormigón. Noche detenida.
Calles desiertas.
Ciudad fantasma.
Llora la tierra lágrimas
radioactivas.
Legado de muerte.
Así quedamos.
Hola Carmela, regreso al blog tras casi tres meses de vacaciones y nos dejas un tema de actualidad.
ResponderEliminarLos japoneses tienen una fuga en un reactor y está contaminando las aguas, es realmente preocupante.
Un abrazo
Sor.Cecilia
Fue y es una catástrofe que no pasara hasta cientos de años, fue muerte, tristeza, y marcha, dejando las cosas de toda la vida de trabajo, para convertirse en pesadillas enfermedad y desamparo.
ResponderEliminarPena da ver las calles vacías que antes llenaron los niños jugando, y que eso no sucederá jamás. Las personas ocasionaron ese desastre, y que bien pagaron con sus vida miles de personas.
Una entrada para reflexionar. Me ha gustado encontrar tu blog. Un saludo.
Un bell poema.Tens un blog molt bonic.
ResponderEliminarCarmela, llego a tu casa desde varios blogs amigos y, si me lo permites, me quedo.
ResponderEliminarMe gusta tu clara poesía y la sensibilidad que demuestran tus versos.
La encuentro muy parecida a la mía por lo que te invito a visitar mi espacio, si te apetece...
Un saludo desde pueblo poeta.
Efectivamente Sor Cecilia, lamentablemente es un asunto de demasiada actualidad. Creo que deberíamos cocienciarnos de que lo que pasa en otro punto de la tierra, también nos puede tocar a nosotros. En fin... confiemos en que no pase nada más. Un beso
ResponderEliminarGracias Lola por tu paso por el blog y dejar tu comentario. Sí, es menester reflexionar en este tipo de temas, todo puede alcanzar a cualquiera. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Josep por tu paso por mi blog y dejarme tu amable comentario. Un beso
ResponderEliminarO no quedamos...
ResponderEliminarAbrazos, compañera