jueves, 28 de noviembre de 2013

UN CAMPO SIN FLORES



 

Caminan
las mujeres
por un túnel absoluto.
De sus manos otras manos
                    más pequeñas.
 

Con las cabezas
rapadas,
todas
se parecen entre sí.


Nadie les enseñó
a morir distinto
a los niños de Auschwitz.
 
 

6 comentarios:

  1. Interesante escrito, saludos desde mi querida Guatemala

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  2. Nadie enseña la atrocidad, la humillación, la muerte cotidiana. Pero esas mujeres, aquellos judíos, todos nosotros -de una forma u otra- acabamos por intuirlo.
    Abrazos, siempre

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  3. Feliz 2014!
    Aunque no soy dada a la numerología me place pensar que este Nuevo Año con una suma de 7 en sus dígitos, sea señal de mejores augurios, no solo en lo individual, sino como humanidad, pues el que termina trajo conflictos de toda clase. ¡Total! Lo peor que puede pasar es que este pensamiento positivo se una a otras en energías similares
    y puedan formar una barrera contra la maldad, la indiferencia …y la apatía…

    Con mis mejores deseos. Abrazos…

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  4. Ay, Carmela, como decía la canción, qué bello, pero qué triste tu poema. Justo he visto estos días una película brasileña que narra la vida de Olga Benario, que también murió en la cámara de gas de uno de estos campos de exterminio y de irracionalidad humana.

    Un beso, querida amiga, y espero prodigarme más por aquí, ahora que comienzo a bloguear tímidamente después de tanto tiempo sin poder dedicarme a ello.

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  5. Rauda y veloz paso a dejar un cordial saludo, un abrazo afectuoso, y para que sepas que por ahí ando… escribe que te escribe…

    El tiempo parece desgranarse entre los dedos,
    desintegrarse como si no fuese importante;
    como presumiendo de eterno…

    Es a lo único que le temo en la vida, a que no me alcance para hacer tantas cosas que deseo…

    Espero verte de vez en cuando por mi casita…

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