Enlace a la antología:
https://drive.google.com/file/d/1vvmig0Y3nYcurCpve7fNjYZojc1upkZc/view?usp=sharing
El 26 de Abril se celebró en la Biblioteca municipal de La Puebla de los Infantes (Sevilla) pueblo en el que nací, el VI Encuentro Letras Celestes 2025 en colaboración con el Ayuntamiento de La Puebla de los Infantes, la Diputación de Sevilla y la Sociedad cooperativa Virgen de las Huertas. Entre los actos que integran esta nueva convocatoria anual, ha tenido lugar la presentación de "De pronto, ¡oh belleza, canta el verderol. Obra antológica no venal, centrada en la mirada sobre la naturaleza. El título proviene de dos versos de Juan Ramón Jiménez, pertenecientes a su obra "Baladas de primavera" publicada en 1910.
Mi agradecimiento a los escritores Diego Castillo y a Pedro Luis Ibáñez, coordinadores y presentadores del VI Encuentro Letras Celestes por su invitación a participar en la Antología con mi poema "Tiempo de cosecha".
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Mujer leyendo, jarrón de flores. 1922 Henry Matisse |
VERDE VERDEROL - JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Baladas de Primavera 1907
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
Palacio de encanto, el pinar tardío arrulla con llanto
la huida del río. Allí el nido umbrío tiene el verderol.
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
La última brisa es
suspiradora, el sol rojo irisa al pino que llora.
¡Vaga y lenta hora nuestra, verderol!
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
Soledad y calma, silencio y grandeza. La choza del
alma se recoje y reza.
De pronto ¡belleza! canta el verderol.
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
Su canto enajena
(¿se ha
parado el viento?) el campo se llena
de su sentimiento. Malva es el
lamento, verde el verderol.
Verde verderol
¡endulza la puesta del sol!
TIEMPO DE COSECHA
A golpes
varean el olivo.
Basta con mirarlo para saber
del desgarro en sus
vértebras heridas,
del azote despiadado
a sus tristes y mancilladas
ramas.
El aire envuelve su dignidad
herida,
el desamparo de su carne
oleosa.
Consuela saber que, aventurándose
en el frío,
la canción del jornalero,
mitiga su dolor.
Y nuevamente, en el silencio,
el pulso de su savia retoña
como una madre nutricia.
.
Bajo el inquieto vaivén de
sus ramas,
otra madre siembra caramelos
para unas pequeñas manos
que, arrecías, escarban la
tierra,
y se vuelven de azúcar
aquellos días del invierno.
Autora: Carmela Rey
Valencia 20 de Marzo de 2025
Enlace a la antología: https://drive.google.com/file/d/1vvmig0Y3nYcurCpve7fNjYZojc1upkZc/view?usp=sharing