Autor: David Hettinger, 1946
La
noche te presenta su desvelo,
su
mirada poliédrica,
su
mano empecinada en la penumbra.
A
esas horas,
el tiempo se enmascara,
se
vuelve transparente
y blando, impone su vigilia.
No
asume por costumbre
el
transcurrir del sueño hacia tu mente.
En
vano alzas un muro entre tu casa
y
el camión de basura.
Siempre
has temido al ruido
y
al hedor.
Ya
entre sueños invocas al futuro
y
es frágil.
Abatida
(arropada) en la cama hay una niña.
Y
no es el frío
lo
que la hace temblar.
Carmela Rey
Editada en "Miradas para compartir la luz" UNESCO 2016
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