Frida Khalo
La
noche demuestra su desvelo,
su
mirada poliédrica,
su
mano empecinada en la penumbra.
A
esas horas, el tiempo se enmascara,
se
vuelve transparente y blando,
impone
su vigilia.
No
asume por costumbre
el
transcurrir del sueño hacia tu mente.
En
vano alzas un muro entre tu casa
y el
camión de la basura.
Siempre
has temido al ruido
y al
hedor.
Entre
sueños invocas al futuro y es frágil.
Abatida (arropada)
en
la cama hay una niña.
Y no
es el frío
lo
que la hace temblar.
Poema editado en el libro "Miradas para compartir la luz"
Antología de poetas valencianos.
Patrocinado por la UNESCO
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